miércoles, 23 de noviembre de 2011

Capitulo O5 :$♥#

-No, Niall, no voy a ir -le aseguré.
Bailar se encontraba claramente fuera del abanico de mis habilidades.
-¡Ah!, entonces no te molesto más -sonrió como pudo, pero antes de que se diera la vuelta lo agarre del brazo.
-Espera -sonreí.
Se volvió con sus ojos azules, esos ojos azules, que aun que no te gustase ese chico te volvían loca.
-Podemos ir juntos a la siguiente clase si quiere -sonreí.
Entre en clase. Angela no me hablaba , me sorprendió. Permaneció callada mientras caminaba ami lado entre una clase y otra, y me dio miedo preguntarle la razón. Si Ray le había rechaza para ir al baile, yo era la última persona ala que se lo querría contar.
Mis temores se acrecentaron durante el almuerzo, cuando Alba se sentó lo más lejos que pudo de Ray y charló animadamente con Marcos. Ray estuvo  inusualmente callado.
Ray continuó en silencio mientas me acompañaba a clase. El aspecto violento de su rostro era una mala señal, pero no me abordó el tema hasta que estuve sentada en mi pupitre y él se encaramó sobre la mesa. Como siempre, era consciente de que Zayn se sentaba lo bastante cerca para tocarlo, y tan distante  como si fuera una mera invención  de mi imaginación.
-Bueno -dijo Ray, mirando al suelo-, Angela me a pedido que le acompañe al baile.
-Eso es estupendo. -Conferi a mi voz un tono de entusiasmo manifiesto-. Te vas a divertir un monton con ella.
-Eh, bueno... -Se quedó sin saber qué decir mientras estudiaba mi sonrisa; era obvio que mi respuesta  no le satisfacía-. Le dije que tenía que pensármelo.
-¿Por qué lo hiciste?
Dejé que mi voz reflejara cierta desaprobación, aunque me aliviaba saber que no le había dado a Angela una negativa definitiva. Se puso colorado como un tomate y bajó la vista. La lástima hizo vacilar mi resolución.
-Me preguntaba si... Bueno..., si tal vez tenías intención de pedírmelo tú.
Me tomé un momento de respiro, soportando a duras penas la oleada de culpabilidad que recorriá toda mi ser, pero con el rabillo de ojo vi que Zayn inclinaba a cabeza hacia mí con gesto de reflexión.
-Ray, creo que deberías aceptar la propuesta e Angela -le dije.
-¿Se lo has pedido ya a alguien?
¿Se había percatado Zayn de que Ray posaba los ojos en él?
-No -le aseguré-. No tengo intención de acudir al baile.
-¿Por qué? - quiso saber Ray.
No deseaba ponerle al tanto de los riesgos que bailar suponía para mi integridad, por lo que improvisé nuevos planes sobre la marcha.
-Este Sábado voy a ir a ver ami madre -le expliqué.
De todos modos, necesitaba salir del pueblo y era el momento perfecto para hacerlo.
-¿No puedes ir otro fin de semana?
-Lo siento, pero no -respondí-. No deberías hacer esperar a Angela más tiempo. Es de mala educación.
-Sí, tienes razón -masculló y, abatido, se dio la vuelta para volver a su asiento.
Cerre los ojos y me froté las sienes de los dedos en un intento de a desterrar de mi mente los sentimientos de culpa y lástima. El señor Mansons comenzó halar, suspiré y abrí los ojos.
Zayn me miraba con curiosidad, aquel habitual pinto de frustración de sus ojos negros era hora aun mas perceptible.
Le devolví la mirada, esperando que él apartara la suya, pro en lugar de eso, continuó estudiando mis ojos a fondo y con gran intensidad. Me comenzaron a temblar las manos.
-¿Señor Malik? -le llamo el profesor, que aguardaba la respuesta a una pregunta que yo había escuchado.
-El ciclo de Krebs -respondió Zayn; parecía reticente mientras se volvía mirando al señor Mansons.
Clavé la vista en el libro en cuento a los ojos de Zayn me liberaron, intentando centrarme. Tan cobarde como siempre, dejé caer el pelo obre el hombro derecho para ocultar el rostro. NO era capaz de creer el torrente de emociones que palpitaba en mi interior, y sólo porque había tenido a bien mirarme por primera vez en seis semanas. No podía permitirle tener ese grado de  influencia sobre mí. Era patético; más que patético, era enfermizo. Intenté ignorarle con todas mis fueras durante el resto de la hora y, dado que era imposible que al menos no supiera que estaba pendiente de él. Me volví de espaldas a él cuando al fin sonó la campana, esperando que, como de costumbre, se marchara de inmediato.
-¿Bella?
Su voz no debería resultarme tan familiar, como si la hubiera conocido toda la vida en vez de tan sólo unas pocas semanas antes.
Sin querer, me volví lentamente. No quería sentir lo que sabía que iba a sentir cuando contemplase aquel rostro tan perfecto. Tenía una expresión cauta cuando al fin me giré hacía él. La suya era inescrutable. No dijo nada.
-¿Qué? ¿Me vuelves a dirigir la palabra? -le pregunté finalmente con una involuntaria nota de petulancia en la voz.
Sus labios se curvaron, escondiendo una sonrisa.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Capitulo O4 :$♥#

La lluvia se había convertido en niebla cuando anduve hacia casa. Miré alrededor antes de irme.
Fué entonces cuando me percare de una figura morena e inmóvil, la de Zayn Malik, que se apollaba
en un vanco de afuera del insituto. Decidí caminar, cuando pasé juntoa él juraría que lo vi reírse
cuando lo miré de soslayo.

Noté que algo había cambiado cuando abrí los ojos por la mañana. Era la luz, algo más clara aunque siguiera teniendo el matiz gris verdoso propio de un día nublado en el bosque. Comprendí que faltaba la niebla que solía envolver mi ventana.
Me levanté de la cama de un salto para mirar uera y gemí de pavor. Una fina capa de nieve cubría el césped y algunos árboles de alrededor, pero eso no era peor.  Toda la lluvia del día anterior se había congelado, recubriendo las agujas de los pinos con diseños  fantásticos y hermosísimos, pero convirtiendo la calzada en una superficie resbaladiza y mortífera.
Me dirigí hacía la cocina para desayunar. Déspues de desayunar, me vesti y sali de casa lo más
rapido posible sin caerme.
Cuando llegué al instituto, vi como los cinco chicos llegaban... Mientras iba andando hacía la puerta, empece como a patinar y a perder los papeles del equilibrio. Zayn Malik, se me acerco enseguida ayudarme.
-¿Alyss? ¿Cómo estás?
-Estoy bien.
Mi propia voz me resultaba extraña. Intenté incorporarme y entonces me percaté de que me apretaba  contra su costado.
-Ve con cuidado -dijo mientras yo intentaba soltarme-. Creo que te has dado un buen porrazo en la cabeza.
Sentí dolor palpitante encima del oído izquierdo.
-¡Ay! -exclamé, sorprendida.
-Tal y como pensaba...
Por increíble que pudiera parecer, daba la impresión de que intentaba contener la risa.
Las clases transcurrieron con toda normalidad. Mi padre vino a recogerme, viajábamos en silencio. Estaba tan ensimismada en mis cosa que apenas era consciente de la presencia de Jeams. Cuando llegamos a casa , le hice la cena y decidí que sería mejor acostarse temprano esa noche.
Aquélla fue la primera noche que soñé con Zayn Malik.

En mi sueño reinaba una oscuridad muy densa, y aquella luz mortecina parecía proceder de la piel de Zayn. No podía verle el rostro, soló la espalda, mientras se alejaba de mi lado, dejándome sumida en la negrura. No lograba alcanzarlo por más que corriera; no se volvía por muy fuerte que le llamara. Apenada, me desperté en medio de la noche y  no puede volver a conciliar el sueño durante un tiempo que se me hizo eterno. Después de aquello, estuvo en mis sueños casi todas las noches, pero siempre en la distancia, nunca ami alcance.
Para mi desgracia, me convertí en el centro de atención  durante el resto de la semana, por la caída tonta.
Me encontré a Zayn en clase de Español, se cambio de clase y por supuesto me tocaba ami estar con el alado. Me senté, esperando a que se girara hacia mí. No dio señales  de haberse  percatado de mi presencia.
-Hola, Zayn -dije en tono agradable para demostrarle que iba a comportarme.
Ladeó la cabeza levemente hacia mí sin mirarme, asintió una vez y miró en la dirección opuesta.
Y ése fue el último contacto que había tenido con él, aunque todos los días lo viera.
A veces, incapaz de contenerme, le miraba a cierta distancia, en la cafetería o a la salida. Contemplaba cómo sus ojos oscuros me miraban, pero en clase no daba más muestra de saber de su existencia que las que él me mostraba a mí. Me sentía miserable. Y los sueños continuaron.
A pesar de mis mentiras descaradas, el tono de mis correos electrónicos alertó a mí madre de mi tristeza y telefoneó unas cuentas veces, preocupada. Intenté convencerla de que sólo era e clima, que me aplanaba.
Al menos, a Ray le complacía la obvia frialdad existente entre mi compañero de clase y yo. Noté que le preocupaba que me hubiera impresionado el atrevido rescate de Zayn. Quedó muy aliviado cuando se dio cuenta de que parecía haber tenido el efecto opuesto. Su confianza aumento hasta sentarse al borde de mi mesa para conversar antes de que empezara la clase, ignorando a Zayn de forma tan absoluta como él a nosotros.
Por suerte, la nueve se fundió después de a que peligroso día. No obstante, continuó lloviendo a cántaros y pasaron las semanas.
Un día yendo para casa me tope con Niall, uno de los amigos de Zayn.
-¿Alyss verdad? -sonrió con una bonita sonrisa.
-Si.
-Me he fijado que nos miras mucho, bueno digo..., a mi grupo y ami.
-Si, podría ser -me sonroje un poco, si pensaba en Zayn me pasaba.
-Tú, ¿ vendrías al baile con migo? -dijo mirando al suelo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Capitulo O3 :$♥#

Envié el correo y empecé a escribir otra vez.


Mamá:
Todo va muy bien. Llueve, casi siempre. He esperado a escribirte  cuando tuviera tiempo, lo siento.
El instituto no es malo, solo un poco raro. He conocido a unos cuantos compañeros muy majos que se sientan con migo durante el almuerzo.
Yo también te echo de menos, pronto volveré a escribir, pero no voy a estar mirando el correo casa cinco minutos.  Respira hondo y relájate. Te quiero.
Alyss.


-¿Alyss? -gritó mi padre al oírme en la escalera.
<<¿Quién iba a ser si no?>>, me pregunté.
-Hola papa, bienvenido a casa.
-Gracias.
-¿Qúe vamos a cenar hoy? -preguntó con recelo.
Mi madre solía practicar la cocina creativa, y sus experimentos culinarios no siempre resultaban
comestibles.
-Filetes con patatas -contesté para tranquilizarlo. 
Lo llamé cuando la cena estuvo lista y olfateó en señal de apreciación al entrar en la cocina.
-Huele muy bien, Alyss.
-Gracias.
Cenamos en silencio durante un tiempo.
-Y bueno, ¿qué tal en el instituto? -me preguntó mientras se servia más.
-Bien, normal -sonreí como puede, no tenía muchas ganas de hablar.
Nos quedamos callados y terminamos de cenar. Subí repidamente ami habitacíon hacer
las tareas de clase.
El resto de la semana transcurrió sin incidentes. Me a costumbre a la rutina de clase. Aunque no recordaba todos los nombres. En clase de gimnasia los miembros  de mi equipo a prendieron a no pasarme el balón y a interponerse delante de mí si el equipo contrario intentaba quitármela. Los dejé con sumo gusto.
Los cinco chicos de la cafetería no los volví a ver por el instituto.
El fin de semana fue bastante aburrido , como no conocía a mucha gente , no salí.
Mucha gente me saludo a la entrada del instituto por la mañana; no recordaba los nombres de todos, pero gire la mano y sonreí a todo el mundo. En clase de Literatura me senté con Ray. El profesor nos puso un examen sorpresa. Era fácil, demasiado fácil.
Al salir de clase, el aire estaba lleno de remolinos blancos, Oí a los compañeros dar gritos de júbilo. El viento me corto la nariz y las mejillas.
-¡Vaya! -exclamó Ray-. Nieva.
-¡Uf!
Nieve. Mi gozo en un pozo. Ray se sorprendió.
-¿No te gusta la nieve?
-No. Significa que hace demasiado frió  incluso para que llueva. -Obviamente-. Además, pensaba que caía en forma de copos, ya sabes, que casa uno era único y todo eso. Éstos se parecen a los extremos de los bastoncillos de algodón.
-¿Es qué nunca has visto nevar? -me preguntó con incredulidad.
-¡Por supuesto! -Hice una pausa y añadí-: En la tele.
Ray se rió. Entonces una gran bola impacto en su nuca. Nos volvimos para ver de donde venia. Sospeche de Marco, que andaba en dirección contrarios, en la dirección equivocada para ir a la siguiente clase.
-Te veo en el almuerzo -Continué andando sin dejar de hablar.
Cuando iba por el pasillo para ir a clase, me tope con Zayn, me quede de piedra, ya estaba aquí.
-Hola -dijo una voz tranquila y musical.
Levanté la vista, sorprendida de que me hablara. Llevaba el pelo húmedo y despeinado pero, aun así, parecía que acaba de rodas un anuncio para una marca de champú. El deslumbrante rostro era amable y franco. Una sonrisa curvaba sus labios perfectos, pero los ojos aun mostraban recelo.
-Me llamo Zayn Malik -continuó-. No tuve la oportunidad de decirte lo siento, por el golpe. Tú debes de ser Alyss Volkova.
Estaba confusa y la cabeza me daba vueltas. ¿Me lo había imaginado todo? Ahora se comportaba con gran amabilidad. Tenia que hablar, esperaba mi respuesta, pero no se me ocurría nada convencional que contestar.
-¿Cómo sabes mi nombre? -tartamudeé.
Se rió de forma suave y encantadora.
-Creo que todo el mundo sabe tu nombre. El pueblo entero te esperaba.
Hice una mueca. Sabía que debía de ser algo así, pero insistí como una tonta.
-No, no, me refería a que me llamaste Alyss.
Pareció confuso.
-¿Prefieres Alyssa?
-No, me gusta Alyss -dije-, pero creo que Jeams, quiero decir, mi padre, debe de llamarme Alysa a mis espaldas, por que todos me llaman Alyssa -intenté explicar, y me sentí como una verdadera idiota.
-Oh.
No añadió nada. Violenta, desvié la mirada. Toco el timbre y cada uno se dirigió a su clase.

Capitulo O2 :$♥#

-¿Quién es el chico del pelo oscuro? -pregunte.
Lo mire de refilon. Seguía observándome, pero no con la boca abierta, a diferencia del resto de los estudiantes.
Volvi a desviarla vista.
-Se llama Zayn. Es guapísimo, por su puesto, pero no pierdas el tiempo con él. No sale con nadie. Quizas ninguna de las chicas del instituto sea lo suficiente guapa para él -dijo con desdé.
Me mordi el labio para ocultar una sonrisa. Lo mire de nuevo. Había vuelto el rostro, pero me pareció ver estirada la piel de sus mejillas, como si él también estuviera sonriendo.
Nada más entrar en clase, Angela fue a sentarse a una mesa de dos sillas y un tablero de laboratorio con la parte superior de color negro, exactamente igual a las de Venice. Todas las mesas estaban ocupadas, salvo una. Reconoci a uno de los chicos, amigo de Zayn.
Lo miré de forma furtiva mientras avanzaba por el pasillo para presentarme al profesor y que éste me firmara el  comprobante  de asistencia. La clase trancurrio con toda normalidad.
El timbre sonó. Yo salte de mi sitio al escucharlo y salí lo mas rapido posible. Mientras iba por el pasillo me cruce a Zayn -era mucho más alto de lo que pensaba- y cruzo por una puerta.
Me quedé petrificada en el pasillo, contemplando con la mirada perdida como se metía en una clase. Era realmente un mezquino, darme un golpe en el hombro, sin pedir perdón. No había derecho. Empece andar, con miedo a que se me llenaran los ojos de lagrimas. Solía llorar cuando me enfadaba, una costumbre humillante.
Ala salida, vi como mi padre venía abuscarme, entre en el coche y nos dirigimos hacia casa.


Al dia siguiente fue mejor... y peor.
Fue mejor porque no llovio, aunque oersistió la nubosidad densa y oscura. Fue peor por que no habia dormido nada.
El viento no me dejo dormir nada. Y fue pésimo porque ninguno de los cinco chicos aparecieron. Unos decian que  estaban rodando un videoclip, otros que estaban malos y otros que hacían pellas.
Que llegara la hora del almuerzo -y con ella kas coléricas miradas de Zayn- me estuvo aterrorizando durante toda la mañana. Por un lado, deseaba plantarle cara y exigirle una explicación, ya que ayer me dio un golpe sin pedir perdón.
La noche pasada había descubierto de Jeams era incapaz de cocinar otra cosa que huevos fritos con salchicas, con lo que le pedí que me dejara encargarme de las cmoidas mientras durara mi estancia. También me fije que no había comida en casa, asi que prepare la lista de la compra, cogí dinero. Me dirigia hacia el supermecado de Beamsville.
El supermercado Beamsville no estaba muy lejos del institutounas pocas calles mas abajo.
Al llegar a casa, saqué la comida y la colequé. Despues de colocar todo subí a mi habitación , me pusé un chandalr seco y me recogí el pelo con una coleta. Abri el correo. Tenía tres mensajes. Mi madre me había escrito.


Alyss:
Escribeme cuando llegues. ¿Llueve?, Ya te hecho de menos. Mike te manda saludos.
Mamá.


Suspire y leí el siguiente mensaje. Lo había enviado tres horas después del primero.Decía:


¿Por qué no me has contestado? ¿A qué esperas?
Mamá.


El último era de esa mañana.


Alyssa:
Si no me has contestado alas 18:30, voy a llamar Jeams.


Miré la hora. Aun quedaba una hora, pero mi madre solía adelantarse siempre.


Mamá:
Tranquila. Ahora te escrubo. No cometas ninguna imprudencia.
Alyss





sábado, 19 de noviembre de 2011

Capitulo O1 :$♥#

Mi madre me llamo al móvil, solo quería saber que tal había llegado. En Venice la temperatura era de 42 grados y el cielo de un azul perfecto.
Me había puesto una blusa azul celeste, de manga larga y con poco escote.
En Ontario, al suroeste de Toronto , existe un pueblo llamado Beamsville, donde casi siempre hacia frió. Mi madre se separo de Jeams, mi padre, apenas cuando yo tenia meses. Me obligaba a pasar todos los veranos y puentes con mi padre, con quince años , pare de ir, a si que llevo tres año sin ver a mi padre. Y ahora me exiliaba a Beamsville, un acto que me aterraba, ya que destetaba el lugar.
Adoraba Venice. Me encantaba el mar, el calor que había y la comunicación de la ciudad que había día a día.
-Alyss-me dijo mi padre por segunda vez antes de coger el coche-soy tu padre, por lo menos me podrías hacer caso.
Mi padre y yo nos parecemos poco,en cambio con mi madre muchísimo, salvo por el pelo rubio y las arrugas de la risa. Tuve un ataque de pánico cuando contemple su sonrisa grande y brillante. ¿Cómo podía permitir que se las arreglara sola, ella que era tan amable, cariñosa y caprichosa? Ahora tenia a Mike, por supuesto, con que se pagarían las facturas, abría comida en casa y gasolina en el coche, y podría buscarlos cuando estuviese perdida, pero aun así...
-si si te estoy escuchando-le mentí.
Siempre se me ha dado muy mal eso de mentir, pero abría que intentarlo ¿no?
-¿Té ha dicho algo tu madre?
-Solo saludos-no le di mucha importancia.
Seguimos en silencio hasta el coche. En el coche tampoco hablamos. Lo cierto es que Jeams parecía realmente complacido de que me fuera a vivir con el permanentemente. Ya me había matriculado en el instituto de Beamsville.
Pero estaba convencida de que iba a estar incomoda en su compañía. Ninguno de los dos eramos muy habladores, y, de todos modos, no tenia nada que contarle.
Por el camino empezó a llover, sabia que poco iba a ver el sol en Beamsville.
El paisaje eres hermoso, por supuesto, no podía negarlo. Todo era de color verde; los arboles, los troncos cubierto por musgo, el dosel de ramas que colgaba de ellos, el suelo cubierto de helechos.
Finalmente llegamos  casa de Jeams, Vivía en una casa pequeña de dos dormitorios que compro con mi madre durante los primeros días de su matrimonio. 
Subir tosas mi cosas hasta el primer piso. Tenia  el dormitorio de la cara oeste, el que daba al patio delantero. Conocía bien la habitación como la palma de mi mano; había sido la mía desde que nací. El suelo de madera, las paredes pintadas de rosa claro, el techo de dos aguas, las cortina de encaje ya amarillentas ... Todo aquello formaba parte de mi niñez. Los únicos cambios que había eran la cama y añadir un escritorio. 
Solo había un pequeño cuarto de baño en lo alto de las escalaras que debería compartir con Jeams.
No estaba de humor para una gran llantina. Eso podía esperar hasta que me acostara y me pusiera a reflexionar sobre lo que me aguardaba al día siguiente.
El aterrador computo de estudiantes del instituto de Beamsville era de doscientos cuarenta y dos, ahora doscientas cuarenta y tres. Solamente en mi clase de Venice había mas de ochocientos alumnos.
Yo seria la nueva chica de la gran ciudad, un bicho raro.
Podrida utilizar eso a mi favor si tuviera el aspecto que se espera de una chica de  Venice, pero físicamente no encajaba en el modo alguno, debería ser alta, castaña, un poco bronceada, una jugadora de voleibol o quizás animadora, todas esas cosas propias de Venice.
Por lo contrario, mi piel era blanca como el marfil , ni si quiera tener la escusa de unos ojos azules o un pelo rojo. Siempre he sido delgada, pero más bien flacucha y, desde luego, no una atleta.


Aquella noche no dormí bien, ni siquiera cuando deje de llorar. El siseo constante de la lluvia y el viento no aminoraba jamas, hasta convertirse en un ruido de fondo.
Al da siguiente, lo único que se veía a través de la ventana era una densa niebla.
El desayuno con Jeams se desarollo en silencio.
Salí lo mas rápido posible de esa casa, me dirigía hacia el instituto fue fácil encontrarlo pase a no haber estado antes. ¿Donde estaba las alambradas y los detectores de metales?
En el interior se estaba mas caliento de lo que esperaba. La oficina era pequeña: una sala de espera, una basta alfombra, noticias y premios y un gran reloj.
Un mostrador alargado dividía la habitación en dos, con cestas metálicas llenas de papeles y anuncios de colores pegados en el frontal. Detrás del mostrados había tes mujeres. Una pelirroja regordeta con gafas  llevaba una camiseta de color púrpura.
La mujer pelirroja alzo la vista.
-¿Té puedo ayudar en algo?
-Soy Alyssa Volkova- le informe.
Me esperaba. Había sido el centro de los cotilleos. La hija de la caprichosa ex mujer del jefe de los bomberos al fin regresa a casa.
-Por  supuesto-dijo.
Rebusco en el ordenador , buscando información , hasta que dio con esa información.
-Precisamente aquí tengo el horario de tus clases y un plano del instituto.
El aula era pequeña.
Cuando sonó el timbre , un chico flacucho, con acne y pelo grasiento, se ladeo desde un pupitre al otro lado del pasillo para hablar conmigo.
-Tú eres Alissa Volkova, ¿verdad?
Parecía muy amable, el típico miembro de un club de ajedrez.
-Alyss-le corregí.
-¿Donde tienes la siguiente clase?-pregunto.
Tuve que mirar mi horarios que tenia en la mochila.
-Eh..., Historia, con Manson, en el edificio tres.
-Voy al edificio cinco, podría mostrarte el camino.-Demasiado amable, sin duda- Me llamo Ray-añadió.
Sonreí.
-Gracias.
Recogimos todo y salimos afuera.
-Bueno. es muy distinto a Venice, ¿eh?-pregunto.
-Mucho.
-Allí no llueve a menudo, ¿verdad?
-dos o tres veces al año.
-Vaya, no me lo puedo ni imaginar.
-Hace muchísimo sol -le expliqué.
-No se te ve muy morena.
-Es la sangre albina de mi padre.
Pasamos junto ala cafetería de camino hace los edificios de la zona sur, cerca del gimnasio. Ray me acompaño hasta mi clase.
-Suerte -dijo cuando roce el picaporte-. Tal vez coincidamos en alguna otra clase.
Parecía esperanzado. Le dedique una sonrisa
El resto de la mañana transcurrió de forma similar.
En clase de Español me senté alado de una chica. Era bajita , melena oscura de rizos. No sabia su nombre , por lo que me limite a sonreír mientras parloteaba. Mas tarde me presento a unas amigas suyas. 
Y allí estaba, sentada en el comedor con siete desconocidas llenas de curiosidad, cuando lo vi por primera vez.
Se sentaban en un rincón de la cafetería, en la otra punta donde yo estaba. Eran cinco. No me miraban de forma estúpida como casi todos los demás. No tenia temor a mirarlos. Pero no fue eso lo que me atrajo mi atención...
Continué mirándolos porque su rostros, tan diferentes y tan similares al mismo tiempo, era de una belleza inhumana y devastadora. Eran rostros como nunca esperabas ver, excepto al vez en las paginas de una revista de moda. Resultaba difícil decidir quien era mas bello, tal vez el chico rubio perfecto o el joven de pelo castaño dorado.
-¿Quienes son esos? - pregunte
Y de repente , mientras ella miraba , apareció un chico moreno , amigo de los otros chicos. El desvió la mirada , aun mas de prisa que yo, ruborizada de vergüenza. Su rostro no denotaba interés alguno en esa mirada furtiva.
-Son Zayn, Liam, Louis, Niall y Harry -me respondió con un hilo de voz.
Mire al chico guapo, que ahora contemplaba su bandeja mientras desmigajaba una rosquilla.